Déjame dormir (diatriba contra la musa)
No puedo dormir.
Amortajado por este calor sofocante, rodeo con mis piernas a la almohada y le susurro palabras soeces en la nuca. Sudo. Me retuerzo en el colchón. Ella está sentada en el suelo del cuarto y, desde allí, me observa.
No puedo dormir.
Ahora la veo trepar hasta mí, como un mal sueño. Trepa por mis sábanas empapadas. ¿Qué haces aquí?, -le pregunto-, no tengo ganas de jugar. Ahora no.
Ella no responde, únicamente me mira con esa media sonrisa que la caracteriza. Se sitúa sobre mi vientre, a horcajadas. Ya ha entrado en mi mente...
No puedo dormir.
Enciendo la luz, la luz se ha encendido. Sufro una polución nocturna sobre el papel más cercano, en forma de signos ilegibles que no sé si mañana entenderé. Suspiro extasiado. Tengo arena en los ojos. Estoy cansado.
Apago la luz y ella ya no sigue aquí. Ha vuelto a hacerlo. Me ha usado.
Ahora, por favor,
déjame dormir...
Etiquetas: autobioficción
4 comentarios:
Qué suerte la de tu musa, que observa como no duermes... qué desagradable no poder dormir por el calor, qué bien que después del verano siempre hay un Otoño...
Qué suerte que siempre estás tú ahí para comentar mis palabras. A ver si el otoño llega pronto, que tú no lo sabes, pero el calor en Murcia es insoportableee...
Besos.
que maravilla, de contar las cosas. gracias por ofrecer cosas así.
una guionista.
Señorita guionista:
Gracias a tí por tus palabras, tus críticas y tus consejos. Todo un honor tenerte por aquí.
Nos vemos pronto.
Besos.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio